Tú me enseñaste a querer, me enseñaste lo bonito que era el amor correspondido, lo mal que se pasa cuando la persona a la que quieres y te quiere está lejos, me enseñaste lo bonito de los reencuentros, la magia de un beso, lo que significa "amar de verdad" y hasta me enseñaste que hay cosas que no se pueden olvidar.
Pero un día llegó él para revolucionar mi mundo, nuestro mundo, ese mundo que durante tanto tiempo yo solo había compartido contigo mientras tu lo compartías con millones de chicas, ese mundo que ahora yo también comparto con él. Y siento decirte que cuando él está cerca tú sólo eres un recuerdo, ni siquiera nuestro día es nuestro si estoy cerca de él, porque cuando él está cerca todo es suyo, todo le pertenece, porque cuando él está cerca no hay nada más que él. Porque cuando él está cerca ya nada en mí te pertenece.
Pero cuando él ya no está mi corazón vuelve a dividirse, una parte es tuya, otra parte es de él. Y lo único a lo que temo ahora es a que, cuando tú estés cerca, de nuevo no me importe nada, como tantas otras veces, no recuerde ni quien es él, y todo en mí vuelva a ser tuyo como siempre.
Pero un día llegó él para revolucionar mi mundo, nuestro mundo, ese mundo que durante tanto tiempo yo solo había compartido contigo mientras tu lo compartías con millones de chicas, ese mundo que ahora yo también comparto con él. Y siento decirte que cuando él está cerca tú sólo eres un recuerdo, ni siquiera nuestro día es nuestro si estoy cerca de él, porque cuando él está cerca todo es suyo, todo le pertenece, porque cuando él está cerca no hay nada más que él. Porque cuando él está cerca ya nada en mí te pertenece.
Pero cuando él ya no está mi corazón vuelve a dividirse, una parte es tuya, otra parte es de él. Y lo único a lo que temo ahora es a que, cuando tú estés cerca, de nuevo no me importe nada, como tantas otras veces, no recuerde ni quien es él, y todo en mí vuelva a ser tuyo como siempre.
Por: Eva Vico
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