
Tenía una gran preocupación, no tenía ni idea si ponerle el vestido rojo o el azul clarito a mi
Barbie... Faltaban solo unos minutros para la gran fiesta (otrganizada por mí) y todavía, mi querida
Lucy no estaba peinada. Rebusqué entre los múltiples accesorios y encontré por fin el diminuto cepillo con el que inmediatamente la adecenté y le conseguí hacer un moño
pocho. Me decanté por un vestido rosa palo que encontré tirado por ahí y le puse las únicas sandalias que tenía. La examiné de arriba abajo y me di cuenta de que le faltaba algo. Examinándola de muevo comprobé que no tenía su deslumbrante bolsito. Lo buasqué por todos lados, entre la ropa, los accesorios, por todos los cajones y no lo pude encontrar... Ese era sin duda un problema de gravedad consideable. Mi
Lucy estaba destrozada, sin su bolsito no estaba dispuesta a ir a la fiesta!
Por: Stefania Denisa Brinceanu
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