
La venda se deslizó suavemente hacia el suelo, destapándome los ojos y permitiéndome ver la pequeña caja que había ante mí. Tenía varios agujeros y se movía a cada rato delatando lo que había en su interior. Lo que nyo quería, un perrito...
Era marrón, con un hocico completamente negro y unas pequeñas y puntiagudas orejas que ahora mantenía en alto. Su pequeña cola se movía frenética de un lado a otro. Alrededor del cuello tenía un pequeño lazo rosa y junto a este, lucía un magnífico collar con una placa en la que se podía leer
Toby.
Me miraba con sus grandes y luminosos ojos y con la cabeza levemente ladeada. Su patita derecha se había alzado en dirección a mí. Ante eso no me pude resistir y lo estreché entre mis brazos con ternura.
Ese perrito era todo lo que quería tener...
Por: Denisa Brinceanu
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