sábado, 21 de mayo de 2011

"Tanto que sí, que no, que sí, que no, que sí."

Encontré una margarita mientras caminaba sin un rumbo fijo, alejándome de todo, sin volver la vista atrás. No me lo pensé dos veces y me agaché para arrancarla delicadamente. Uno a uno, fui arrancándole sus pequeños pétalos y deshaciéndome de ellos, mientras repetía seguidamente: "me quiere", "no me quiere". Faltaban pocos, y supuse que saldría lo de siempre... pero me equivoqué. Salió que sí. Esta vez, la flor, escogió que él si me quería. No se pierde por no ganar, sino por dejar de intentarlo. Por eso, yo intentaba entregarme al máximo en cada oportunidad que tenía hasta que lo conseguí.

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