lunes, 23 de mayo de 2011

Siempre, puedo contar contigo.

Sé que tú nunca me fallarás, que siempre vas a estar conmigo y a mi lado; que no eres como el resto de la gente. Tú me comprendes mejor que nadie, porque tú estás conmigo en los momentos buenos y me apoyas en los difíciles. Tú significas mucho más que el resto del mundo junto, porque eres una razón por la que vivo. Me has hecho reír hasta llorar y dejarme sin aire en algún momento, pero en seguida me dabas un poco de tu oxígeno. Porque eres genial en una sonrisa de las tuyas, con una mirada con esos ojitos que lo resumes todo o en cualquier momento de locuras. No me importa que me mientas y sonrías, porque sé que eres una de las pocas personas que tienen el valor de decirme las cosas y defenderme si es necesario. Tú te preocupas de mí, como yo de ti, porque simplemente te quiero y no te dejaré atrás nunca. Sé que haberte conocido ha merecido la pena y también sé, de sobra, que estas son pocas palabras para decirte lo esencial que eres. ¿Qué? No, no hablo de ti cielo, aunque también te quiero; pero esta vez le toca ocupar un sitio a ella, mi amiga y mi vida entera.

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